Sara Dudley
Diagnóstico: mielitis transversa
Tennessee, Estados Unidos
El 18 de abril de 2008, mi vida dio un giro inesperado. Tenía 19 años y practicaba muchos deportes, especialmente el fútbol. Mientras estaba en casa durante las vacaciones de primavera durante mi primer año de universidad, fui a ponerme una inyección de cortisona para un dolor en el hombro. Después de la inyección, tuve una reacción adversa que me provocó parálisis y espasticidad. Fue uno de esos eventos raros y ninguno de mis médicos sabía lo que había sucedido. Pasaron seis meses antes de que me diagnosticaran mielitis transversa en el nivel de la columna C6-C7. Antes de que mi neurólogo de la Universidad de Vanderbilt hiciera el diagnóstico, visité a varios médicos y me sometí a muchas pruebas con resultados normales.
Mis síntomas eran consistentes con mielitis transversa; debilidad, vejiga neurogénica, pérdida de sensibilidad, dolor nervioso y espasticidad. Estuve en una silla de ruedas durante unos cuatro años. Después de que me implantaron una bomba de baclofeno, pude recuperar el movimiento. Esto fue un cambio de vida para mí. Finalmente pude progresar en la terapia física una vez que mi espasticidad estuvo bajo control. Después de mi diagnóstico de TM, me transfirieron a una universidad más cercana a casa y seguí estudiando biología. Ir a la escuela era una de las únicas cosas que podía controlar en ese momento. Me gradué cum laude en diciembre de 2012 y pude caminar por el escenario con mis muletas Lofstrand. A lo largo de todo este proceso, nunca he dejado que nada me detenga. Ahora estoy en la escuela de asistente médico en TN y planeo graduarme en agosto de 2018. Mi esperanza es trabajar en el campo de la neurología. Estoy muy agradecida por el progreso que he logrado con la ayuda de mis médicos, terapeutas físicos y ocupacionales y mi maravillosa familia y amigos. Estoy especialmente agradecido por el sitio web de la Transverse Myelitis Association, que me animó a continuar buscando el tratamiento adecuado para mi afección. Además, el campamento de SRNA me brindó el apoyo y la información educativa que tanto necesitaba.
Fue muy difícil adaptarse a la vida con un diagnóstico tan difícil de confirmar y del que muy pocos médicos en mi ciudad natal sabían mucho. Además, dejar de lado las cosas que amaba hacer fue otra parte difícil de este viaje para mí. Tenía un estilo de vida muy activo antes de mi diagnóstico y ya no poder practicar deportes era un gran desafío. Hubo momentos en los que tenía que cancelar planes con amigos cuando estaba en la silla de ruedas por temor a que fuera demasiado para ellos y porque estaba exhausto por la fisioterapia y estaba en un espasmo constante. Siempre lloraré mis pérdidas hasta cierto punto, pero he convertido esa energía y enfoque en que me vaya bien en la escuela. He encontrado otros pasatiempos que disfruto, como ir al cine y eventos deportivos con familiares y amigos.
Espero ver el día en que haya una cura para la mielitis transversa y otros trastornos neuroinmunes raros. Los profesionales médicos deben recibir más información sobre estos trastornos porque es crucial que se diagnostiquen a tiempo. Por último, espero que las personas con situaciones similares puedan seguir viviendo su vida al máximo a pesar de su diagnóstico.
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